Gloriosos los ojos que te vieron Quique!!!
No era goleador, no era habil con el balòn en los pies, no era veloz por la lìnea lateral, no era un jugador con visiòn de todo el campo de juego, no era lindo no... Pero por donde transitaba el "Vikingo" no volvìa a crecer el pasto y los rivales cambiaban el sector del juego...
Yo tuve la suerte de verlo jugar en San Lorenzo allà por el 83/84 y daba pavor verlo... y ni te cuento cuando el comentarista era Mauro Viale y pronunciaba su apellido de esta manera "Jarabina", aunque usted no lo crea...
Para el pùblico era simplemente "El Vikingo" o el "Quique! o el "Ruso".
Enrique Oscar Hrabina naciò un 9 de noviembre de 1961, hijo de padres checoslovacos fue el menor de 3 hermanos. Su infancia transcurriò en el para nada futbolero barrio de Villa Devoto, desde su màs tierna edad comenzo a transitar por las canchas de Baby Futbol en el Club Pedro Lozano; cuando el director tècnico pasa a dirigir en el Club General Lamadrid decide llevarselo con el, de ahì se explica el poco paladar futbolero del Quique...
Pasado el tiempo el mismo entrenador, Oscar Allegrini, pasa a dirigir en Atlanta y vuelve a llevarlo consigo. El Quique sigue jugando al Baby futbol hasta los 12 años, edad en las que comienza a jugar en las divisiones inferiores del club de Villa Crespo hasta llegar a jugar en la 1ª como marcador izquierdo.
Un dato curioso es que dado que jugaba en Atlanta, historicamente club cercano a los sentimientos de la colectividad judia en la Argentina, y que tenìa pelo rubio lo empiezan a apodar el "Ruso Hrabina", y yo he sido testigo desde la popular de San Lorenzo como cuando barrìa una pelota y los meñiscos del delantero rival la hinchada lo saludaba con un "Bien Ruso!!!" y como cuando pifiaba lo vilipediaban gritandole "Judìo de mierda!!!", el Quique no era judìo, pero nunca se preocupo demasiado por aclarar el mal entendido.
Luego de una gran temporada vistiendo los colores de Atlanta en el Nacional B, el gran "Bambino" Veira decide contratar sus servicios para el recien descendido San Lorenzo.
Por ese entonces el Ciclòn contaba con una defensa temible para los delanteros rivales: el Turco Alul, el Pipa Higuaìn, Osvaldo Biaìn y el Quique Hrabina... con lo cual uno llegaba a la conclusiòn de que era màs factible salir con vida de las selvas de Vietnam que con las piernas intactas de esta ùltima lìnea...
Luego de dos años pasa a jugar en el Club Boca Juniors y se transforma en ìdolo de la instituciòn, respetando la escencia del juego del club: raspar, raspar y raspar.
Un lindo recuerdo para arrancar un lunes.